¿Que tipo de piel tengo?

06 de noviembre de 2018 | tipos de piel

Las 2 características para que conozcas (por fin) tu tipo de piel

Brillante en la zona T, seca en la mejilla, con rojeces, con granitos, áspera, resistente…. Hay tantos adjetivos (muchos de ellos ideados por firmas de cosméticos), que resulta fácil perderse y acabar aplicándose productos que no son convenientes, porque ha fallado el primer paso: saber qué piel tienes.

Para saber cómo es la piel de cada uno, sólo tienes que fijarte en 2 características:

  1. La respuesta de tu piel al sol
  2. La producción de grasa de tu piel.

¡Empezamos con el primer apartado? ¡Vamos allá!

La respuesta de la piel al sol sirve para determinar los fototipos. ¿Y para qué sirven los fototipos? Pues para poder elegir el fotoprotector que necesitarás a diario. Puede ser suficiente el de tu crema hidratante, o puede que necesites uno más específico.

Hay 6 fototipos, y simplificando, podemos describirlos así:

  1. Siempre se quema. Nunca se broncea. Pelo muy claro (o albino), ojos muy claros.
  2. Se quema con mucha frecuencia. Difícil bronceado. Pelo claro, ojos claros.
  3. A veces se quema. Se broncea con facilidad. Pelo claro/castaño. Ojos claros/ marrones.
  4. No se suele quemar. Bronceado muy fácil. Pelo oscuro. Ojos oscuros
  5. No se quema nunca. Piel siempre bronceada. Pelo oscuro, ojos oscuros
  6. No se quema nunca. Piel negra.

Como podéis ver, esto es una base, y a partir de aquí pueden surgir dudas, por ejemplo: si tengo la piel muy blanca, pero el pelo y los ojos muy oscuros, ¿cual será mi fototipo?

Pues siempre prevalecerá la respuesta de LA PIEL al sol, así que será un fototipo II.

Un apunte, hay veces que mis pacientes me dicen:” yo no me quemo nunca porque uso protector solar”. ¡Enhorabuena, lo estás haciendo genial y tu piel se mantendrá sana y preciosa mucho tiempo!, pero el fototipo se mide en función de la respuesta al sol SIN NADA, ni protectores, ni aceleradores del bronceado… la piel, tal cual.

Ahora que más o menos está claro el fototipo, vamos con la segunda característica:

La producción de grasa

Lo primero que debes saber, es que la piel produce sebo de forma natural, y este sebo tiene su función, así que no es deseable eliminarlo en su totalidad. Además, las glándulas productoras de sebo son más abundantes en determinadas áreas, (¿te suena algo la “zona T”?) en la frente, nariz, mentón, cuero cabelludo tenemos mayor concentración de estas glándulas, así que es normal que una piel grasa “brille” en la zona central, y no por ejemplo en el arco de la mandíbula.

 ¿Y por qué os cuento esto? Pues porque una duda constante que soléis tener es:” Tengo la piel grasa por unos sitios y seca por otros, ¿qué piel tengo?”, bien, en este caso, lo que importa es la producción de sebo, y fijándonos en esto, vamos a establecer 3 grupos:

A: Piel normal. ¡Es un sueño! Preciosa, equilibrada, no tiene brillos ni tiranteces, es confortable y tiene aspecto jugoso, sin rojeces ni descamaciones. ¡Es la que todos queremos! (y podemos conseguir)

B. Piel seca. Produce poco sebo, y esto hace que tenga aspecto seco, se siente tirante, resiste mal los ambientes secos, se irrita fácilmente, suele ser fina y rápidamente aparecen pequeñas arruguitas.

C. Piel grasa. Siempre brilla, porque las glándulas sebáceas son grandes y producen mucho sebo. Se ven los poros dilatados y tiene tendencia acnéica. Aunque se dice que las pieles grasas no se arrugan, no es cierto, lo que ocurre es que son pieles en general más gruesas, y no aparecen esas arrugas finitas típicas de las pieles secas, pero sí suelen presentar arrugas profundas, marcas de acné, etc.

Y un cuarto, que más que un tipo, es una característica añadida, es decir, podemos tener una piel grasa y sensible, o seca y sensible

D. Piel sensible. No está tan condicionada como las anteriores por la producción de grasa, pero sí por la respuesta a estímulos de todo tipo: al ambiente, el clima, los cosméticos. Es una piel con mucha facilidad para enrojecerse, presentar irregularidades de todo tipo (eczemas, granitos, etc), con poca (o ninguna) tolerancia a los cosméticos… un poco desesperante, la verdad (¡pero también tiene recorrido de mejora!)

Bueno, pues nuestro tipo de piel, con vistas a saber qué cosméticos son los apropiados, sería el resultado de una combinación de estos dos parámetros, así que, ir identificando vuestro tipo de piel, y en próximas entradas iremos analizando lo que le conviene a cada una.


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